Según datos de CryptoQuant, la relación ether-bitcoin (ETH/BTC) ha caído a niveles “extremadamente infravalorados”, tradicionalmente interpretados como una señal alcista para ETH frente a BTC. El ratio MVRV, que compara el valor de mercado con el valor realizado, se sitúa en mínimos plurianuales, similares a los de anteriores etapas de fuerte rendimiento relativo de ETH. Sin embargo, las perspectivas no son tan simples en esta ocasión.
La actividad en la red Ethereum permanece estancada desde 2021, sin señales de crecimiento sostenido ni en volumen de transacciones ni en direcciones activas. Además, la reciente actualización Dencun en marzo de 2024 ha reducido drásticamente las comisiones, lo que ha disminuido las tasas de quema de ETH a casi cero y detiene la presión deflacionaria en la oferta.
El auge de soluciones de capa 2 como Arbitrum y Base ha trasladado actividad fuera de la red principal, restando protagonismo y valor al ecosistema base de Ethereum. A nivel institucional, la demanda se debilita: los ETH apostados han descendido de su máximo histórico de 35,02 millones en noviembre de 2024 a cerca de 34,4 millones, y los productos de inversión han reducido sus participaciones en cerca de 400.000 ETH desde febrero, reflejando menor confianza tanto de inversores tradicionales como cripto-nativos.
En contraste, bitcoin mantiene su rendimiento alcista y ha rozado los $100.000 como activo refugio. La narrativa de valor de ETH enfrenta presiones tanto por factores internos como externos, planteando dudas sobre la inmediatez de una recuperación sostenida, pese a su precio históricamente bajo versus BTC.