BlackRock ha realizado una actualización trascendental en sus solicitudes de ETF de criptomonedas, marcando un nuevo avance para el sector. El gigante de la gestión de activos presentó una enmienda al formulario S-1 ante la SEC para su ETF de Ethereum (ETHA), incorporando el mecanismo de creación y redención ‘in-kind’ (en especie). Esto permite que grandes instituciones financieras creen o rescaten participaciones directamente entregando o recibiendo Ethereum, en vez de efectivo. Este modelo es estándar en ETF de materias primas físicas y fue clave para la reciente aprobación de los ETF de Bitcoin. El cambio podría aumentar la eficiencia fiscal, reducir costos y facilitar la aprobación regulatoria, alineando la propuesta con modelos ya aceptados por la SEC.
Bloomberg destaca que analistas consideran este movimiento un paso positivo, con expectativas de que la SEC acepte esta modalidad este mismo año, replicando el proceso vivido con los ETF de Bitcoin. El interés y la adaptabilidad de BlackRock – empresa con historial sobresaliente de aprobaciones ETF – refuerzan el optimismo del mercado en torno a la validación y futuro de Ethereum.
En paralelo, BlackRock también actualizó la declaración S-1 para su ETF de Bitcoin (IBIT), añadiendo una advertencia sobre los riesgos hipotéticos asociados al futuro desarrollo de la computación cuántica. Se especifica que, si esta tecnología avanzara significativamente, podría comprometer la seguridad criptográfica de Bitcoin, aunque los expertos subrayan que esta mención forma parte de las advertencias de riesgos estándar en productos financieros y no responde a una amenaza inminente.
Pese a los riesgos señalados, IBIT sigue mostrando una salud financiera robusta, acumulando más de 19 días consecutivos de entradas netas y consolidándose como el mayor ETF de Bitcoin, lo que evidencia la confianza institucional sostenida en el producto.
En conclusión, el escenario actual ilustra una mayor convergencia entre las finanzas tradicionales y el universo cripto, con especial atención sobre las ventajas operativas e institucionales que un ETF de Ethereum podría ofrecer en términos de acceso, liquidez y gestión profesional de activos digitales.