Estados Unidos y Reino Unido han firmado un relevante acuerdo comercial que redefine el marco tarifario y fortalece las relaciones bilaterales tras el Brexit. El pacto, anunciado oficialmente por Donald Trump, contempla la reducción del arancel estadounidense sobre automóviles británicos del 25% al 10%, la continuación de un arancel del 10% sobre ciertos productos británicos—proyectándose una recaudación de 6.000 millones de dólares—y la creación de oportunidades de exportación para sectores agrícolas estadounidenses por valor de 5.000 millones de dólares. Asimismo, destaca la compra programada por el Reino Unido de aeronaves estadounidenses por 10.000 millones de dólares.
El anuncio ha generado un ambiente propicio en los mercados: los activos digitales experimentaron una tendencia alcista inmediata tras la noticia, reflejando un sentimiento de mayor confianza entre los inversores internacionales. Analistas resaltan que la reducción de barreras comerciales y la expectativa de un entorno económico más estable favorecen el flujo de capital hacia tecnologías emergentes y activos descentralizados, incluidas las criptomonedas.
Aunque el acuerdo no supone una liberalización total del comercio, sí representa un avance hacia la eliminación de obstáculos y la solidificación de lazos económicos fuera del marco de la Unión Europea. Expertos consideran que el impacto indirecto sobre el mercado de activos digitales proviene del repunte de la confianza global, la potencial apreciación de monedas nacionales y una posible mayor entrada de inversiones extranjeras en sectores tecnológicos avanzados.
La visión general es que acontecimientos macroeconómicos de este calado, pese a no incidir directamente sobre el universo cripto, pueden desembocar en efectos positivos gracias a mejores expectativas de crecimiento y a un entorno político-económico más predecible.